El término phubbing surge de la combinación de las palabras en inglés phone (teléfono) y snubbing (despreciar o desairar). Aunque el término fue acuñado en 2012, la conducta que describe es hoy una epidemia global que afecta a personas de todas las edades, desde amigos y parejas hasta familias enteras.
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La raíz de este problema no es la malicia, sino una combinación de factores psicológicos:
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Miedo a perderse algo (FOMO): el temor a que algo importante o interesante esté ocurriendo en las redes sociales nos lleva a una necesidad compulsiva de revisar el teléfono.
Adicción a la dopamina: cada notificación, like o mensaje activa el circuito de recompensa del cerebro, liberando dopamina y reforzando el hábito de estar pegados a la pantalla.
Hiperconectividad automatizada: el acto de mirar el celular se ha vuelto un reflejo automático, a menudo sin que seamos conscientes de que estamos ignorando a la persona que tenemos en frente.
¿Cómo afecta el phubbing a nuestra salud mental y a las relaciones?
El phubbing tiene consecuencias directas y profundas. Para la persona que es ignorada, la experiencia es devastadora:
Sentimiento de devaluación: el mensaje que se transmite es que lo que sucede en la pantalla es más importante que la persona presente. Esto genera sentimientos de rechazo, inseguridad y bajo valor.
Deterioro de la relación: la calidad de las conversaciones se vuelve superficial, se pierde el contacto visual y se diluye la intimidad emocional. Estudios han demostrado que el phubbing se correlaciona con una menor satisfacción en las relaciones de pareja y de amistad.
Impacto en la salud mental: la repetición de este hábito puede contribuir a síntomas de ansiedad, estrés y, en casos extremos, aislamiento emocional, tanto en quien lo practica como en quien lo sufre.
Un punto crucial es el efecto en la relación entre padres e hijos. Cuando un adulto practica phubbing, el niño puede percibir una falta de atención y de interés, lo que afecta su autoestima y la sensación de pertenencia.
¿Cómo podemos combatir el phubbing y recuperar la conexión humana?
Combatir el phubbing no implica eliminar la tecnología, sino usarla de manera más consciente. Los expertos sugieren aplicar cambios de hábitos sencillos pero efectivos:
Establecer límites: acuerden momentos o lugares libres de tecnología, como las comidas familiares o las citas con amigos. Un simple pacto de "celulares boca abajo" puede hacer una gran diferencia.
Limitar las notificaciones: silenciar los avisos innecesarios reduce la compulsión de revisar el teléfono constantemente. Eliminar aplicaciones que no se utilizan a menudo también puede ayudar.
Cuestionamiento consciente: antes de tomar el teléfono, pregúntate lo siguiente.
¿Es realmente necesario ver esto ahora mismo?¿Qué me estoy perdiendo por mirar la pantalla?
Este simple acto de mindfulness puede ayudarte a recuperar la atención.
Ser un modelo a seguir: si quieres que los niños y adolescentes usen la tecnología con moderación, es fundamental que los adultos practiquen lo que predican.
Recuperar la conexión cara a cara es esencial para el bienestar emocional. Al tomar conciencia del phubbing, podemos comenzar a valorar y disfrutar la presencia de quienes nos rodean, fortaleciendo nuestros vínculos en lugar de dejarlos en segundo plano frente a una pantalla.