Cómo eliminar el moho de tus paredes en temporada de lluvias; el remedio casero que sí funciona

Las paredes cuentan historias. En ellas se reflejan los años vividos, los colores elegidos y, a veces, las huellas de un enemigo silencioso: el moho. Este hongo microscópico, de tonos que van del verde al negro, suele instalarse en hogares con alta humedad y poca ventilación, dejando no solo una marca antiestética, sino también un riesgo potencial para la salud.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición prolongada al moho puede agravar enfermedades como el asma, la rinitis alérgica e incluso provocar infecciones respiratorias.

Aunque existen soluciones profesionales como impermeabilizar superficies o aplicar recubrimientos especializados, no siempre están al alcance inmediato. Para quienes buscan un alivio rápido y accesible, un ingrediente común en cada hogar se convierte en aliado: el detergente.

Su acción limpiadora ayuda a desprender las manchas visibles y a reducir la concentración de esporas que favorecen el crecimiento del moho, según explica un informe del U.S. Environmental Protection Agency (EPA).

Es un primer paso eficaz, siempre y cuando se complemente con una correcta ventilación y, en casos necesarios, con desinfectantes más potentes como vinagre o lejía

El procedimiento es sencillo: mezclar detergente con agua, aplicar sobre la zona afectada y frotar enérgicamente. Si bien no elimina las raíces del hongo de manera definitiva, ofrece un respiro inmediato, devolviendo luminosidad a las paredes y techos.

La clave está en repetir la aplicación cuando sea necesario y, sobre todo, en identificar la causa de la humedad para evitar que el problema se repita.

Más allá de lo funcional, limpiar las paredes del moho también tiene un efecto emocional: el hogar recobra esa sensación de frescura y bienestar que tanto se valora.