Las pulgas han acompañado al ser humano y a sus animales domésticos durante siglos, y pese a los avances de la medicina veterinaria, siguen siendo una amenaza persistente para la salud de los gatos.
Estos diminutos parásitos no solo generan un molesto picor, sino que pueden causar dermatitis alérgica, anemia e incluso transmitir bacterias como Bartonella henselae, responsable de la llamada enfermedad por arañazo de gato.
En los últimos años, los dueños de mascotas han mostrado un creciente interés por alternativas naturales que reduzcan la exposición a químicos agresivos. Y entre los remedios caseros más populares destacan dos aliados tradicionales: el vinagre de manzana y la manzanilla.
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Vinagre: un repelente de bolsillo
El vinagre de manzana no mata pulgas de manera directa, pero sí las incomoda gracias a su acidez, que altera el pH del pelaje y lo convierte en un entorno poco atractivo para los parásitos.
Una solución diluida en partes iguales con agua puede aplicarse en spray o con un paño sobre el pelaje del gato, pues se trata de un repelente natural, no de un insecticida, por lo que debe usarse como parte de un plan integral de higiene, según la veterinaria española Marta Amat, experta en medicina del comportamiento felino.
Manzanilla: calma y alivio en una infusión
Por su parte, la manzanilla ofrece una opción más suave y beneficiosa para gatos con piel sensible. Su infusión, aplicada tibia con un algodón, alivia la irritación y ayuda a repeler a las pulgas.
Además, cuenta con propiedades antisépticas que favorecen la cicatrización de pequeñas heridas producidas por el rascado, lo que lo convierte en un clásico de la medicina popular que sigue demostrando su utilidad en la práctica diaria, según apunta un informe de la American Veterinary Medical Association.
Más allá del remedio: la importancia del entorno
Sin embargo, los expertos insisten en que el tratamiento no termina en el gato. Hasta el 95% de la población de pulgas suele encontrarse en el ambiente: camas, sofás, alfombras y rincones del hogar.
Por ello, aspirar con frecuencia, lavar textiles en agua caliente y mantener rutinas de higiene resulta esencial. Incluso, técnicas como la aplicación de vapor en tapicerías son recomendadas para cortar el ciclo de vida de las pulgas.