El directivo tailandés Nawat Itsaragrisil presentó formalmente una denuncia penal contra Fátima Bosch, coronada recientemente como Miss Universo 2025, en Tailandia, acusándola de difamación luego de que ella denunciara haber sido insultada y llamada “tonta” durante una actividad del certamen.
La denuncia se basa en que, según Itsaragrisil, nunca utilizó insultos hacia la representante mexicana, y califican sus acusaciones como “calumniosas y destructivas para su reputación”. En su pronunciamiento exige no sólo el cese de esas declaraciones, sino también acciones legales si se reanudan ataques mediáticos.
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Este movimiento judicial se da en medio de un contexto cargado de controversia, la polémica vive tras un incidente en que Bosch denunció haber recibido trato humillante por parte del directivo durante un evento preparatorio del concurso, lo que generó apoyo de otras concursantes y una oleada de críticas al manejo del certamen.
El caso ha abierto un debate internacional sobre la responsabilidad y los límites de las declaraciones públicas en el ámbito de concursos de belleza, hasta qué grado pueden afectar reputaciones, y el papel que deben jugar las plataformas mediáticas al compartir acusaciones de ese tipo.
Por ahora, la acusación se encuentra en etapa inicial de revisión por las autoridades competentes en Tailandia, quienes deberán determinar si las declaraciones de Bosch constituyen difamación conforme a la legislación local.
Este nuevo capítulo añade más tensión al ya conflictivo proceso del certamen 2025, y pone en evidencia que más allá de las coronas, las controversias legales y mediáticas pueden determinar el destino de los involucrados.