La madrugada del 3 de octubre de 2016, durante la Semana de la Moda en París, Kim Kardashian vivió uno de los episodios más traumáticos de su vida.
Hombres armados, disfrazados de policías, irrumpieron en su suite del hotel, la ataron de manos y pies, la amenazaron con un arma y robaron joyas valuadas en millones de dólares. En ese momento, Kim creyó que sería agredida o incluso asesinada, un miedo que ha descrito repetidamente como paralizante.
A pesar de la magnitud del asalto y del impacto emocional que le dejó, Kim reveló recientemente que Kanye West, su exesposo, llegó a acusarla de haber fingido todo.
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En el nuevo episodio de The Kardashians, la empresaria rompe el silencio y cuenta que Kanye aseguró públicamente que ella “había armado su robo para un programa de televisión”. Escuchar esa frase, confesó, fue “una puñalada al corazón”.
Para Kim, lo más doloroso no fue solo el cuestionamiento, sino que proviniera de alguien tan cercano, quien conocía de primera mano el trauma que ella vivió esa noche en París. La acusación la hizo sentirse vulnerada nuevamente, esta vez desde su entorno más íntimo.
El caso del robo avanzó en los tribunales años después. En 2025, los implicados fueron llevados a juicio en París, donde Kim testificó y revivió los momentos de terror que enfrentó. Ocho personas fueron declaradas culpables, aunque no todos regresarán a prisión debido a factores como su edad.
Con esta revelación, Kim busca reafirmar la veracidad de un episodio que marcó su vida y que, a pesar del tiempo, sigue siendo un punto sensible tanto en lo personal como en lo público.