REALEZA

Ex príncipe Andrés provoca alarma en la realeza; considera ‘fingir’ su muerte tras polémica

A pesar de que se desligó oficialmente de sus títulos, aún enfrenta demandas y cuestionamientos relacionados con las acusaciones de abuso sexual, lo que lo mantiene continuamente bajo la lupa internacional

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El ex príncipe Andrés, anteriormente conocido como duque de York, atraviesa lo que medios británicos califican como una “crisis emocional profunda” tras ser oficialmente despojado de sus títulos reales y echar abajo años de privilegios. Fuentes cercanas aseguran que enfrenta un aislamiento absoluto, perdió su estatus nobiliario, su residencia histórica en Royal Lodge y su protección como miembro de la realeza. 

Según reportes confidenciales al entorno del exduque, su desesperación habría llegado a tal punto que considera “desaparecer o fingir su muerte” como una vía de escape al acoso mediático constante, el escarnio público y la presión social derivada de su vínculo con el caso Jeffrey Epstein. Así lo habrían revelado personas que lo han visto sufrir estados de ánimo “extremos” desde la pérdida definitiva de sus títulos. 

Este deterioro personal ocurre en medio de un proceso de depuración de su imagen pública, además del retiro de sus prerrogativas reales, fue despojado de su rango militar honorífico y sus honores en instituciones oficiales. El retomar una vida “normal”, fuera de la corona, implica para él no solo un cambio de estatus, sino una reconstrucción de su identidad pública y privada.

Pero el panorama legal y mediático no le ha dado tregua. A pesar de que se desligó oficialmente de sus títulos, aún enfrenta demandas y cuestionamientos relacionados con las acusaciones de abuso sexual, lo que lo mantiene continuamente bajo la lupa internacional. 

Mientras tanto, en su círculo cercano se manifiesta el temor de que la presión psicológica lo lleve a tomar decisiones extremas. Algunos allegados han exhortado a que reciba ayuda profesional y que se le dé un trato digno, recordando que las acusaciones, y la condena mediática, no son sinónimo de culpabilidad legal definitiva, pero sí pueden desgarrar la vida de quien está en el ojo público.

El futuro del ex príncipe Andrés se perfila incierto: sin títulos, con su reputación severamente golpeada y bajo constante vigilancia mediática, su estabilidad emocional y su posibilidad de rehacer su vida dependen, en gran medida, de su disposición a enfrentar las consecuencias del escándalo, o de decidir desaparecer de la escena pública, un rumor que hoy parece más real que nunca.