Cuando la vida se complica, algunos ponen música, otros buscan su comfort movie, pero hay quienes prefieren una vía de escape más literal: cerrar la puerta, meterse bajo las cobijas y dormir, a esto se le llama síndrome de volver a la cama, un término que, aunque suene clínico, en realidad es una expresión popularizada por Wondermind para describir esa tentación de evadir la incomodidad escondiéndose en el único refugio que parece seguro: la cama.
Dormir es, sin duda, una de las mejores medicinas cuando el cuerpo y la mente necesitan pausa, el problema comienza cuando esta pausa se convierte en huida constante, episodios fuertes de estrés o ansiedad drenan la energía y, biológicamente, nos dejan con ganas de descansar; sin embargo, cuando dormir se vuelve excusa para no enfrentar lo que duele, el remedio se vuelve trampa.
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El síndrome de volver a la cama no es un diagnóstico oficial, pero funciona como un espejo para detectar cuándo ese “ratito” de descanso ya es una barrera emocional que bloquea soluciones y multiplica problemas, a la larga, este patrón alimenta la procrastinación y termina por aumentar la tensión que tanto buscabas enterrar bajo la almohada.
¿Qué hacer para romper este círculo vicioso? Empieza con pasos pequeños:
- Mantén tu cama arreglada: Un espacio ordenado reduce la tentación de volver a meterte.
- Identifica los detonantes: Reconoce qué tipo de problemas te llevan a querer desconectarte: no todos requieren la misma estrategia.
- Sustituye el escape: Sal a caminar, respira profundo, toma una bebida relajante o llama a alguien de confianza.
- Cuida tu descanso rea:. Dormir bien en la noche fortalece tu energía para no buscar siestas innecesarias durante el día.
- Busca apoyo profesional: Si notas que el cansancio y la evasión ya dominan tu rutina, pide ayuda psicológica. Hablarlo hace toda la diferencia.
Recuerda, descansar no es huir. Si alguna vez eliges la cama como refugio, hazlo con conciencia de que después toca levantarse y volver a intentarlo, dormir puede calmar el cuerpo, pero enfrentar lo que te pesa es lo que calma la mente.