DESCANSO AL INTESTINO

Estos alimentos empeoran la colitis; podrías estarlos comiendo sin saberlo

No solo duele, agota, inflama, altera tu ánimo y antes de culpar al estrés, revisa tu plato

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La colitis es, en parte, una respuesta inflamatoria del colon, cuando ciertos alimentos llegan al intestino grueso, pueden fermentar en exceso, alterar la microbiota o irritar la mucosa. ¿El resultado? Dolor, gases, distensión abdominal y, a veces, episodios de diarrea o estreñimiento. El poder de identificar estos detonantes es un paso clave para romper el círculo

Señales de que tu dieta podría estar empeorando tu colitis

  • Hinchazón o dolor poco después de comer.

  • Necesidad urgente de ir al baño varias veces al día.

  • Fatiga que aparece junto con la inflamación.

  • Cambios en el estado de ánimo (ansiedad, irritabilidad) ligados a la molestia abdominal.

Si te reconoces en más de dos puntos, tu intestino pide ajustes.

Alimentos que conviene evitar o moderar

  • Lácteos enteros (leche, quesos maduros, crema): La lactosa y la grasa saturada pueden fermentar y provocar gases intensos.
  • Alimentos fritos y empanizados: El exceso de grasa ralentiza la digestión y aviva la inflamación de la mucosa intestinal.
  • Embutidos y carnes procesadas (salchicha, jamón, tocino): Suelen contener nitritos y conservadores que irritan el colon sensible.
  • Refrescos y bebidas carbonatadas: El gas añadido y el alto contenido de azúcar disparan la distensión abdominal.
  • Pan blanco y harinas refinadas: Al carecer de fibra, se digieren rápido y alimentan bacterias que producen más gas.
  • Edulcorantes artificiales (sorbitol, manitol, sucralosa): Llegan intactos al colon, donde fermentan y causan diarrea en personas sensibles.
  • Verduras crudas ricas en FODMAP como brócoli, coliflor y cebolla: En exceso, fermentan y generan dolor.
  • Café y alcohol: Estimulan la motilidad intestinal y pueden desencadenar urgencia o brotes dolorosos.

No tienes que desterrar todo para siempre. El objetivo es observar tu reacción real y ajustar cantidades o frecuencia.

Cómo implementar cambios sin morir en el intento

  1. Aplica la regla del 3x3: Prueba un cambio a la vez, sosténlo tres días y anota cómo te sientes.
  2. Prioriza técnica de cocción: Al vapor, horno o plancha reducen grasa y conservan nutrientes.
  3. Mantén un diario de síntomas: Te ayudará a ver patrones y evitar generalizaciones (“todo me cae mal”).
  4. Gestiona el estrés: La colitis nerviosa es real, las respiraciones profundas o una caminata corta antes de comer hacen diferencia.
  5. Consulta a un especialista: Si los brotes son severos, hay pérdida de peso o sangrado.

Tu colon habla más de lo que imaginas y escucharlo no significa vivir a dieta eterna, sino aprender qué lo enciende y qué lo calma. Un par de sustituciones conscientes pueden devolverte el confort, la energía y lo más importante, las ganas de disfrutar la comida sin miedo a pagar la factura después.