La carretera se adelgaza y el paisaje se hace lunar. A lo lejos, un caserío de ruinas doradas abre paso a un cañón. Sopla el viento y, de pronto, aparece una traza de madera y acero suspendida sobre el vacío.
El poema tiene nombre: Mapimí, Durango, Pueblo Mágico que resguarda la antigua Mina de Ojuela y su puente colgante; un viaje corto para asomarse a la historia minera y a un desierto que pide respeto.
"Mapimí" proviene de la lengua cocoyome y significa "piedra en alto" o "cerro elevado". Este nombre hace referencia al cerro cercano a la ciudad, conocido como Cerro de la Bufa.
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Imágenes obligadas
Para la fotografía: Considerar texturas, vetas, contraluces. Por la historia: túneles, relatos de vetas y oficios. Y por la sensación de altura en un puente icónico del norte. Evita horas de calor alto; mañanas y tardes son mejores.
Cómo llegar y moverte
Desde la cabecera municipal, sigue la ruta a Ojuela; hay señalizaciones. Deja el auto antes del complejo y camina con calma. Sombrero, agua y bloqueador son parte del uniforme.
Las joyas imperdibles
- Puente colgante de Ojuela: cruce con guía y vistas de cañones.
- Zona minera: galerías y patios donde la piedra cuenta su propia biografía.
- Centro histórico: templos, portales y paredones de color miel.
Dónde comer y dormir
Antojos norteños, aguas frescas y panadería local en la cabecera. Hospedaje sencillo en el pueblo o en fincas cercanas; consulta disponibilidad si vas en temporada alta.
Itinerario 24–36 horas
- Día 1: Llegada. Ir al puente colgante y tomar fotos de la tarde. Cena en el centro.
- Día 2: Recorrido minero con guía. Paseo por calles y portales. Regreso por ruta panorámica.
Tips a tomar en cuenta
- Respeta las señales de seguridad; no te salgas de senderos ni retires piezas.
- El desierto guarda su propia ética: hidrátate y no dejes una huella en falso.