SALUD MENTAL

¿Amar duele? Señales sutiles que revelan que tu relación no es tan sana como creías

Cuando el amor se convierte en necesidad, es momento de prestar atención: estas son las señales que alertan sobre una posible dependencia emocional

¿Amor o dependencia?.Créditos: Canva
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A veces creemos que el amor lo puede todo. Pero ¿qué pasa cuando amar implica miedo, ansiedad o sentir que sin el otro no se puede vivir? La delgada línea entre el amor y la dependencia emocional puede desdibujarse en relaciones donde la conexión se convierte en control y el afecto en ansiedad.

Según la psicóloga española Silvia Congost, experta en autoestima y relaciones afectivas, la dependencia emocional ocurre cuando una persona siente que necesita a otra para estar bien, para sentirse segura, valorada o completa.

Entre las señales más comunes están el miedo constante al abandono, la necesidad de aprobación, el aislamiento social progresivo, y la tendencia a justificar conductas dañinas del otro.

Las personas con dependencia emocional tienden a idealizar a la pareja y a perder de vista sus propios límites, necesidades o proyectos. Reconocer estas señales no es fácil, pero es el primer paso para reconstruir una vida emocional más libre, autónoma y amorosa, comenzando por uno mismo.

Según Walter Riso, psicólogo clínico y autor de “Amar o depender”, las claves comienzan por la necesidad excesiva de aprobación, el miedo irracional a la soledad y la incapacidad de poner límites, aquí te las mostramos:

Claves principales de Amar o depender, según Walter Riso

El amor saludable es libre, no posesivo: El verdadero amor no implica control ni pertenencia. No puedes ser “dueña” ni “propiedad” de nadie.

Amar no significa anularte: Una relación sana no exige que renuncies a tus intereses, amigos, valores ni proyectos personales.

La dependencia emocional se basa en el miedo, no en el amor: El miedo a estar sola, al rechazo o al abandono muchas veces se confunde con amor profundo, pero en realidad es apego tóxico.

Necesitar no es amar: Amar a alguien por lo que es, y no por lo que necesitas que te dé (seguridad, aprobación, compañía), es la base de un vínculo genuino.

El equilibrio emocional debe ser individual: Tu estabilidad emocional no debe depender del estado de ánimo, atención o presencia de tu pareja.

El apego excesivo es una trampa emocional: Cuando dependes emocionalmente, cualquier amenaza de ruptura se vive como una catástrofe, y eso te lleva a tolerar lo intolerable.

El amor propio es el antídoto contra la dependencia: Fortalecer tu autoestima y autonomía es el primer paso para relacionarte desde la libertad, no desde la necesidad.

Tener pareja no significa dejar de ser tú: Tu identidad no debe diluirse en la relación. El “nosotros” no puede borrar al “yo”.