Cada 13 de junio, en miles de hogares y altares, una pequeña figura religiosa cambia de postura: San Antonio de Padua es colocado de cabeza y no se trata de una falta de respeto, sino de un acto simbólico cargado de fe, tradición… y un toque de picardía amorosa.
Conocido popularmente como el “santo de los enamorados”, San Antonio nació como Fernando de Bulhões en Lisboa, en 1195. Fue fraile franciscano, destacado orador y un hombre profundamente comprometido con la caridad. Sin embargo, la devoción popular le dio un nuevo papel: el de cupido celestial. Su festividad, celebrada el 13 de junio (fecha de su muerte en 1231), se ha convertido en sinónimo de rituales para atraer el amor.
Te podría interesar
- TENDENCIA EN VIAJES
Los tres estados con más Pueblos Mágicos: un viaje por la cultura y belleza de México
- TURISMO MEXICANO
La Ruta del Arte Huichol: colores, símbolos y espiritualidad que recorre la Sierra Madre Occidental
- Viaje espectacular
¿Suiza? No, este pintoresco pueblo mexicano parece sacado de un cuento europeo
Pero ¿por qué ponerlo de cabeza?
Una leyenda cuenta que una joven desesperada por casarse rezó tanto a San Antonio que, al no obtener respuesta, decidió voltearlo como forma de protesta. Milagrosamente, su pedido fue concedido. Desde entonces, la tradición se repite: se invierte al santo como una señal de urgencia, casi como decirle “¡ya basta de esperar!”.
Hoy en día, el ritual se adapta a los nuevos tiempos. En redes sociales, no faltan quienes comparten su experiencia al “castigar” a San Antonio para encontrar pareja. Algunos incluso le quitan al Niño Jesús de sus brazos, prometiendo devolvérselo si se cumple el milagro. Otros escriben cartas, encienden velas rosas o rezan novenas específicas.
A través del tiempo, lo que comenzó como un gesto devocional se ha transformado en una expresión cultural que combina espiritualidad, humor y esperanza.
¿Cómo se le pide a San Antonio que ayude en el amor?
Algunas personas, en lugar de ponerlo de cabeza, prefieren cambiar el ritual para no faltarle el respeto. Lo que hacen es sacarle o esconderle al Niño Jesús mientras le hacen la petición. Cuando el deseo se cumple o aparece la persona esperada, vuelven a poner al Niño en su lugar.
Otra forma conocida de pedirle ayuda es juntar una moneda por día durante 13 días. Esas monedas, después, se donan como limosna en una iglesia, acompañadas de una oración diaria y una vela encendida.
El ritual más popular...y efectivo une las tres costumbres
Uno de los rituales más conocidos mezcla varias de estas ideas: se le saca al Niño Jesús, se lo esconde, y a San Antonio se lo pone de cabeza en un lugar incómodo. Algunos incluso dicen que lo mejor es meterlo en el freezer. Al mismo tiempo, se juntan las 13 monedas. Una vez que el milagro se cumple, hay que devolver la figura a su posición normal, ponerle de nuevo al Niño Jesús y llevar las monedas como ofrenda a la iglesia.