SIN FILTROS

¿Te vuelves más honesto cuando bebes alcohol?, esto le pasa a tu cerebro

Conoce por qué el alcohol te vuelve desinhibido y si eso implica ser más sincero; esto explica la ciencia

Conoce por qué el alcohol te vuelve desinhibido y si eso implica ser más sincero; esto explica la cienciaCréditos: Web
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Dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, esto, justificando las confesiones entre copas, sin embargo, la pregunta de fondo es si realmente el alcohol nos hace más sinceros o solo más impulsivos, ante esta duda, la ciencia ya tiene una respuesta clara. 

Cuando bebemos, la primera región cerebral que empieza a “apagarse” es la corteza prefrontal, responsable de decisiones, autocontrol y juicios morales, al adormecerla, el alcohol baja la guardia de nuestras normas sociales: por eso aparecen frases que en sobriedad quedarían guardadas, según Aaron White, del Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo, esto explica por qué muchas personas terminan diciendo lo que piensan bajo efectos etílicos. 

¿Entonces todo lo que decimos borrachos es verdad?  

No necesariamente, el alcohol no es un “suero de la verdad”, es más bien un filtro roto, lo que sale de tu boca puede ser una mezcla de sentimientos amplificados, recuerdos mal contados y confesiones que en realidad no sostendrías sin un par de copas encima. 

Un estudio de Clinical Psychological Science comprobó que el alcohol eleva la extroversión: las personas con 0.09% de alcohol en sangre se muestran más abiertas a interactuar y hablar, esta apertura se confunde con honestidad, pero no siempre implica que la verdad salga completa y sin distorsiones

La amígdala y el factor emocional 

Además de apagar filtros, el alcohol activa la amígdala: la zona del cerebro que regula miedo y ansiedad, con ella bajo mínimos, los frenos para decir algo “inapropiado” casi desaparecen, por eso es común que después de unas copas surjan confesiones, declaraciones amorosas o reclamos que estaban guardados, pero ojo: según Michael Sayette, profesor de la Universidad de Pittsburgh, el alcohol intensifica todo: tanto la alegría como la tristeza o la ira. 

Si bien un trago puede liberar palabras atoradas, la ciencia coincide: el alcohol no garantiza que la verdad salga pura, hablar sin filtros no es lo mismo que hablar con honestidad plena.