Volver con un ex, dar otra oportunidad o pensar que esta vez sí va a ser diferente. ¿Quién no ha estado ahí? Las segundas oportunidades a veces llegan envueltas en nostalgia, promesas nuevas y la esperanza de que todo lo malo quedó atrás. Pero ¿realmente las personas cambian?
Desde la psicología, este es un tema mucho más complejo que un simple “sí” o “no” pues cambiar no es solo decir “voy a ser diferente”, ni portarse bien un par de semanas. Implica conciencia emocional, autorreflexión, trabajo constante y ganas reales de hacerlo distinto. Y aquí viene lo importante pues muchas personas no cambian porque quieren mejorar, sino porque tienen miedo de perderte. Eso hace que el “cambio” sea temporal, lo ajustan todo solo para recuperarte, y una vez que sienten que ya estás ahí otra vez todo regresa al mismo punto.
Te podría interesar
- Relaciones
¿Por qué cuesta tanto soltar a alguien que no te hace bien? Esto dice la psicología
- Queja permanente
¿Conoces a alguien que siempre se queja? Esto dice la psicología del victimismo crónico
- Recordar no siempre es amar
¿Extrañas a tu ex o solo estás idealizando? La psicología explica por qué nos pasa
Este ciclo se repite tanto que tiene nombre y es mejor conocido como “el ciclo de reconciliación emocional”. Empieza con una ruptura o crisis, sigue una fase de “luna de miel” en la que todo parece perfecto, y luego se vuelve a caer. Lo triste es que ese momento inicial en el que parece que todo va mejor, nos hace creer que ahora sí es real. Y nos cuesta ver las señales de que, en el fondo, nada ha cambiado.
La ciencia también habla de los patrones de apego pues hay quienes, por heridas no sanadas (como abandono, rechazo o traición), repiten comportamientos destructivos sin querer. Se alejan cuando se sienten vulnerables, manipulan sin saberlo, o se desconectan emocionalmente como mecanismo de defensa. No siempre lo hacen con mala intención, pero el daño sigue siendo real.
Entonces, ¿se puede cambiar?
La respuesta es sí, pero no todos lo hacen y no lo hacen solo por amor, lo hacen porque reconocen su sombra, buscan ayuda, enfrentan lo que duele y están dispuestos a romper ciclos. El cambio real no es algo que se promete. Se demuestra.
Y tú, si estás en ese momento de confusión, con alguien del pasado tocando de nuevo la puerta, tal vez la pregunta no sea ¿ya cambió? tal vez la pregunta es ¿cuánto más estás dispuesta a apostar por una versión que solo vive en tus ganas de que sea distinta?
Porque sí, el amor puede dar segundas oportunidades, pero la paz mental no siempre sobrevive a las terceras.