Perder peso es un logro, pero mantenerlo puede ser igual de desafiante. El efecto rebote, o recuperación del peso perdido, afecta a muchas personas tras finalizar una dieta. Para evitarlo, expertos en nutrición y salud recomiendan seguir estrategias sostenibles y realistas.
1. No recurras a dietas extremas
Las dietas muy restrictivas pueden ofrecer resultados rápidos, pero suelen ser insostenibles. Según la Clínica Universidad de Navarra, eliminar grupos de alimentos o reducir drásticamente calorías aumenta el riesgo de recuperar peso.
2. Cambia tus hábitos gradualmente
Adoptar pequeños cambios en la alimentación y el estilo de vida permite que tu cuerpo se adapte sin sentir sacrificios extremos. Mantener estos hábitos por al menos un año ayuda a consolidar el peso alcanzado, según la Clínica Metco.
Te podría interesar
3. Prioriza una dieta equilibrada
Consumir todos los grupos de alimentos garantiza la ingesta de nutrientes esenciales y evita carencias que puedan provocar antojos o exceso de hambre. Una dieta variada y personalizada es clave para no caer en el rebote.
4. Mantente activo
El ejercicio regular ayuda a quemar calorías y mejora el metabolismo. Los especialistas recomiendan combinar cardio y fuerza para mantener la masa muscular y favorecer la quema de grasa.
5. Controla el estrés y duerme bien
El estrés y la falta de sueño pueden alterar hormonas relacionadas con el hambre y la saciedad. Dormir lo suficiente y practicar técnicas de relajación contribuye a mantener los resultados a largo plazo.
6. Evita la mentalidad de “todo o nada”
No castigarte por pequeños deslices alimenticios evita caer en episodios de sobrealimentación. La constancia, no la perfección, es la que asegura resultados duraderos.
7. Busca apoyo profesional
Un nutricionista o médico especializado puede guiarte con planes personalizados, seguimiento y ajustes cuando sea necesario, aumentando tus probabilidades de éxito.
Mantener tu peso no es cuestión de suerte ni de dietas rápidas. Se trata de construir hábitos inteligentes, escuchar a tu cuerpo y celebrar cada pequeño logro en el camino. Con paciencia y constancia, el efecto rebote puede convertirse en un problema del pasado, y tu salud en la prioridad.