Hay viajes que despiertan los sentidos. Y otros, como la Ruta del Queso en Querétaro, que directamente los abrazan con calidez, textura y sabor. A pocas horas de la CDMX, este recorrido poco conocido entre turistas promete una experiencia deliciosa y profundamente sensorial. Quesos artesanales, paisajes rurales y una conexión genuina con los productores convierten este trayecto en un homenaje a la tradición quesera mexicana.
Cava Bocanegra: elegancia bajo tierra
Ubicada en Tequisquiapan, Cava Bocanegra es la primera cava subterránea en su tipo en México. Aquí, el proceso de maduración se lleva a cabo en condiciones cuidadosamente controladas, lo que permite desarrollar quesos con carácter y complejidad únicos.
Inspirados en recetas europeas, pero con ingredientes locales, sus quesos son ideales para maridar con vino, cerveza artesanal o mezcal queretano. Las catas guiadas en su cava son imperdibles y educativas.
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Rancho San Jose María: el arte del queso de oveja
En el municipio de Huimilpan, el Rancho San Jose María es un paraíso para los amantes del queso de autor. Con un rebaño propio de ovejas, este proyecto familiar produce quesos de leche cruda que han ganado múltiples reconocimientos.
Las visitas guiadas permiten conocer el proceso desde la alimentación de los animales hasta la maduración de sus quesos. Además, su enfoque en la sustentabilidad y el bienestar animal le da un valor agregado a cada bocado.
Flor de Alfalfa: tradición orgánica
Finalmente, en Colón, se encuentra Flor de Alfalfa, una quesería que forma parte del Rancho La Hondada, donde reina la filosofía de lo orgánico. Aquí, la experiencia va más allá de una simple degustación: incluye paseos por el rancho, recorridos por el viñedo y catas maridadas que muestran lo mejor del queso artesanal mexicano.
Su queso fresco de albahaca y sus madurados con cortezas florales son algunos de sus productos más reconocidos.